Metales:
Son buenos conductores del calor y la electricidad, son
maleables y dúctiles, tienen brillo característico. Además, por lo general
poseen en su último nivel de energía de uno a tres electrones. Son sólidos a
excepción del mercurio (Hg), galio (Ga), cesio (Cs) y francio (Fr) que son
líquidos. El cobre (Cu) por ejemplo, presenta una alta conductividad y se
utiliza para la fabricación de alambres y cables.
No metales:
Son deficientes conductores del calor y electricidad, no
poseen brillo, no son maleables ni dúctiles y son frágiles en estado sólido.
Tienden a ganar electrones, además en su último nivel de energía presentan de
cuatro a siete electrones y se presentan en los tres estados físicos de
agregación de la materia (líquido, sólido y gaseoso). Algunos ejemplos de
elementos no metales que están en contacto constante como lo son el hidrógeno
(H), el oxígeno (O), el cloro (Cl) y el azufre (S). El cloro por ejemplo se
utiliza para blanquear la ropa cuando se lava y para desinfectar.
Semimetales:
Poseen propiedades intermedias entre Metales y No Metales. Algunos
ejemplos son el boro (B), el silicio (Si), el germanio (Ge), el arsénico (As),
el telurio (Te). Ejemplo de éste es el antimonio que posee baja conductividad
térmica y eléctrica; se evapora a bajas temperaturas.
Gases nobles:
El químico inglés Cavendish en 1784 describió por primera
vez la existencia de los gases nobles. Los gases nobles se encuentran en el
grupo VIII A de la tabla periódica. Existen 6 helio (He), neón (Ne), radón
(Rn), kriptón (Kr) y xenón (Xe). Presentan propiedades químicas muy similares,
son inodoros, no flamables y presentan baja reactividad química.