Los primeros intentos de clasificar a los seres vivos surgieron en la antigüedad. Para hacerlo se tomaban aspectos utilitarios, para organizar a un grupo de organismos, por ejemplo, las plantas se agrupaban en benéficas y nocivas.
Uno de los pioneros en la clasificación de las especies fue Aristóteles, quien estableció una “escala de la naturaleza” que incluía a todos los procesos naturales y de pensamiento. En ella organizo de forma lineal desde el organismo más sencillo hasta el mas complejo para él: el ser humano. Hacia el año 350 a.C., dividió a todos los organismos en dos grupos: animales y vegetales. También introdujo el término “especie”, con el cual agrupo las formas similares de vida.
Mucho tiempo después, el naturalista sueco Carl Von Linneo (1707-1778) sentó las bases para el sistema moderno de clasificación. Su sistema inicial comprendía dos categorías: “el reino animal” y el “reino vegetal”, donde se agrupaban todos los organismos. Luego, subdividió cada categoría en taxas más pequeñas: reino, genero y especie. Linneo también implementó la nomenclatura binomial, en la cual dio a cada especie un nombre científico conformado por dos partes: el género y la especie. Por ejemplo, el nombre científico del ser humano es Homo (hombre) sapiens (sabio). Este sistema de clasificación prevaleció durante muchos años, hasta que descubrieron nuevas especies y no fue posible colocarlas en uno u otro grupo entonces surgió la necesidad de replantear el sistema de Linneo.
En 1969, el ecólogo Roberth H. Whittaker (1920-1980) propuso un sistema de cinco reinos: el Monera, el Protista, el Plantae, el Animalia, y distinguió a los hongos como un reino separado, el Fungi.
En la década de 1990 se observó que en el reino Monera había grupos de bacterias que eran muy diferentes entre sí, por lo cual se crearon seis reinos: Eubacteria, Archaebacteria, Protista, Fungi, Plantae y Animalia.
Se observa el mismo árbol de la vida, dado que todos los seres de este planeta provenimos de un ancestro común, LUCA (last universal common ancestor), el cual habría presentado menor complejidad que cualquier organismo procariota actual y que daría origen a la diversidad de células que se conocen en la actualidad: la clasificación de la vida hecha por Woese está vigente y se sigue clasificando a los organismos del planeta en estos tres dominios.
El microbiólogo estadounidense Carl Woese describió, en 1977, lo que hoy en día se conoce como el árbol de la vida, y agregó una categoría más grande que el reino, a la que llamó dominio. El sistema de clasificación propuesto por Woese cambio el sistema de los reinos por una clasificación que organiza la vida en tres dominios: Bacterie, Archaea y Euskara. Observa el esquema.
Clasificación de los procariotas.
En las fosas termales del Parque Nacional de Yellowstone,EUA, abundan las bacterias termófilas y brindan los distintos colores de estas pozas.
Algunas pruebas bioquímicas han permitido concluir que hace millones de años los organismos procariotas se dividieron en dos dominios: Archaea y Bacteria.
Muchos miembros actuales de las arqueas sobreviven en ambientes similares a los que existían en la tierra primitiva. Es cuanto a los organismos procariotas del dominio bacteria se conocen varios tipos. Las bacterias metanógenas habitan en ambientes sin oxígeno, como manglares y pantanos, además son comunes en el aparato digestivo del ser humano y de otros animales. Son anaerobios estrictos que producen metano a partir de compuestos de carbono simple. Las bacterias halófilas son heterótrofas y solo viven en ambientes salinos saturados. Y las bacterias termófilas viven en ambientes muy calientes y ácidos.
En el grupo de las eubacterias están la mayoría de las bacterias. Estas se encuentran en todo tipo de ambientes: en el suelo, en el aire, en el agua e incluso en el interior de otros seres vivos. Entre ellas están las enterobacterias. Pseudomonas, Rickettsias, Cianobacterias, Acidolácticas, Estreptococos y Estafilococos.
Las eucariotas, es decir, los organismos formados por células eucariotas, se agrupan en el dominio Euskara, que está conformado por los reinos Protista, Hongo, Vegetal y Animal.
Los protistas conforman un grupo muy diverso que abarca gran variedad de seres constituidos por células eucariotas, aunque muchos son unicelulares como las amebas.
Los hongos poseen las siguientes características: sus células son eucariotas; son organismos heterótrofos que se alimentan mediante la absorción de nutrientes; sus células están rodeadas por paredes celulares compuestas de quitina; pueden se unicelulares, como las levaduras, o pluricelulares, como los champiñones.
En cuanto al reino vegetal hace 500 millones de años hicieron su aparición las primeras plantas terrestres y desde entonces han poblado y colonizado gran diversidad de hábitats. Las plantas presentan las siguientes características: son organismo multicelulares conformados por células eucariotas que se caracterizan por tener pared celular, hecha de celulosa, y cloroplastos y también son organismos autótrofos; se reproducen asexual y sexualmente, algunas viven en ambientes acuáticos tanto de agua dulce como salada, pero la mayoría son terrestres.
El reino animal reúne una gran cantidad de seres vivos que, a pesar de ser muy diversos, tienen características en común, como las siguientes: sus células no tienen pared celular, casi todos los animales poseen tejidos y órganos especializados; son heterótrofos, obtienen los alimentos mediante la ingestión y la digestión de otros seres vivos; la mayoría son móviles, por lo menos durante una etapa de su vida.