El estilo permite entender y ubicar que se tiene un
determinado manejo del lenguaje, que se posee un conocimiento de la escritura,
que puede ser suficiente o insuficiente, pero se cuenta con una forma de
escribir, que, si uno la ejerce, al autor le puede gustar o convencer, pero no
necesariamente a los demás, estos son importantes porque al final ellos van a
enjuiciar el sentido del contenido incluso su trascendencia.
Por lo mismo, se sugiere que el estilo personal vaya
relacionado con los recursos estilísticos que la literatura y los géneros
narrativos proponen, como se verá en el presente tema. Romper las estructuras y
crear un estilo propio se ha hecho a lo largo de la historia, pero no todos lo
logran, de ahí de la importancia de comenzar usándolos y después buscar otras
alternativas.
Cada autor, por su formación, tiene su estilo de escribir,
degenera su contenido discursivo que marque un pensamiento, ideología, una
manera de representar la realidad en la que vive y que desea compartir, pero
tambien existen recursos estilísticos propios de la escritura que cruza todos
los géneros narrativos que existen.
Rodriguez (1987) señala seis:
·
Sinceridad:
está vinculado al sentimiento del escritor, debe sentir profundamente lo que
escribe, ya que le dará una fuerza expresiva a su texto y a partir de esto expondrá
ideas convincentes.
·
Claridad.
Una redacción que respeta las reglas sintácticas y que es fiel al pensamiento
del autor, el cual no se enreda acumulando ideas en el texto, sin un orden y
una secuencia lógica.
·
Precisión.
Que está vinculado a la claridad, pero aquí se destaca la exactitud, ya sea en
una descripción, señalando cada uno de los elementos del acontecimiento a
narrar o en su caso, argumentando con datos las afirmaciones que se realizan.
Aquí tambien es importante, tener un conocimiento exacto de las palabras que se
van articular, para que no se interpreten de otra forma.
·
Sencillez
y naturalidad. La sencillez se opone a la retórica, esto es, a la
grandilocuencia de las narraciones que se pueden relatar sin maximizar la
redacción. Por lo mismo, se recomienda no hacer narraciones cargadas de
palabras, debido a que se puede confundir al lector, la sencillez implica usar
palabras que conozca y use en su vida cotidiana.
Lo anterior se vincula a la naturalidad en la escritura,
escribir como se aprendió a hacerlo, describiendo o argumentando, utilizando
los recursos que se manejan de manera apropiada y que han dado buenos
resultados en otras ocasiones. Es escribir sin inventar estilos que no se
conozcan o se hayan usado en anteriores relatos.
·
Concisión.
Es importante escribir con ideas puntuales, no agregar más palabras de las
necesarias. Ser conciso en conocer las estructuras sintácticas o los recursos
simbólicos que se generan. Es relevante no decir más en donde no se puede decir
más. El hilado de las palabras debe tener lógica y sentido para quien escribe y
para quien lee.
·
Originalidad.
El estilo conlleva un modo personal, una forma de entender el lenguaje y saber
que se puede ser creativo al usar los géneros narrativos. Cuando se empieza a
escribir, la mayoría de las veces se imita un estilo o a un autor, conforme se
domine, se buscan variantes de esa manera de redactar.
Es importante tener en claro hasta dónde puede llegar la
originalidad de uno, hasta donde lo permite el género que estemos usando,
incluso las personas a las cuales se les está escribiendo. Pero si escribir
tiene que ver con la manera en cómo se percibe al mundo, es válido buscar la
originalidad en la escritura.
La propuesta de Rodríguez (1987) consiste en alcanzar un
recurso estilístico donde la escritura se perciba como algo simple, esto es,
que no se necesita un gran manejo de términos, sino que el autor use sus
palabras de forma que las personas puedan entenderle y él se siente realizado
porque escribe desde sus motivaciones y desde lo más profundo de su ser. Los recursos estilísticos se pueden aplicar a
todos los géneros.
Al redactar un texto se busca utilizar todos los recursos
posibles para lograr su objetivo al ser leídos por los lectores a los que va
dirigido.
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