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jueves, 31 de agosto de 2017

La cantera de Tlayúa

Proyecto: Los fósiles de la cantera Tlayúa en Tepexi de Rodríguez, Puebla.

Desde hace más de 10 años el Instituto de Geología de la UNAM desarrolla un proyecto encaminado a la recolección, conservación y estudio de una impresionante paleobiota del Cretácico Temprano con 100 millones de años de antigüedad.


Localización

Este sitio paleontológico recibe el nombre de Cantera de Tlayúa y se localiza a unos tres kilómetros al NE de la población de Tepexi de Rodríguez en la Mixteca Poblana; aproximadamente 90 kilómetros al sur de la ciudad de Puebla.

Características Generales y Geología

La Cantera Tlayúa, explotada por la familia Aranguthy, produce lajas de caliza micrítica (rocas compuestas casi exclusivamente de carbonato de calcio y cuya textura es muy fina), que son usadas como pisos y fachadas.

La geología de Tlayúa ha sido sujeta varias investigaciones (Applegate, 1987; Martill, 1989; Pantoja-Alor et al., 1992, entre otras). Las rocas más antiguas de la región corresponden al Complejo Acatlán y son de edad Paleozoica Temprana. Existen algunas zonas donde aflora el Jurásico Tardío y el Cretácico Temprano representados por rocas continentales.

Encima de esta secuencia se localizan los estratos que forman una unidad carbonatada descrita por Pantoja-Alor y colaboradores como Formación Tlayúa que comprende:


  • Un Miembro Inferior de caliza gris-azul con rudistas (e.g. Toucasia polygyra) y bivalvos (e.g. Chondrodonta) entre otras especies de invertebrados.

  • Un Miembro Medio que se caracteriza por calizas de color rojizo con múltiples laminaciones y por ser portador de numerosos y bien conservados fósiles que le han dado importancia a la Cantera Tlayúa como un venero paleontológico. En esta secuencia, de unos 30 metros de espesor, se estima que existen alrededor de 200 especies de invertebrados y vertebrados fósiles cuya edad, con base en amonites y belemnites, corresponde al Cretácico Temprano (Albiano), hace unos 100 millones de años.
  • El Miembro Superior está compuesto por capas medianas y gruesas de dolomía y caliza dolomítica de color gris muy claro careciendo casi completamente de fósiles.

Conservación

La importancia de los fósiles de Tlayúa se debe principalmente a la perfecta conservación de sus esqueletos y otros elementos mineralizados (e. g. escamas, espículas, etc.), pero sobre todo a los tejidos blandos de algunos especímenes que permiten detallados estudios anatómicos. También es de notar la abundancia (más de 5000 ejemplares) y diversidad de los grupos taxonómicos presentes, que abarca un número impresionante de órdenes y familias.

Animales y Plantas fósiles

Los grupos de invertebrados y plantas recolectados están representados por foraminíferos. esponjas, gorgónidos, bivalvos, gasterópodos, belemnites, amonites, equinoideos, holoturoideos, asteroideos, ofiuroideos, crinoideos, anélidos?, isópodos, decápodos, insectos arácnidos (reportados por primera vez en México) y varios grupos de plantas (marinas y terrestres). En lo que se refiere a los vertebrados, por el momento se ha recuperado una pequeña pero muy diversa fauna reptiliana que incluye: tortugas, pleurosauros, esfenodontes, lacertilios, cocodrilos y pterosauros (Espinosa-Arrubarrena y Applagate, 1996).

Peces Fósiles

No obstante que los invertebrados, plantas y los reptiles son abundantes y diversos, la Cantera Tlayúa representa una de las más grandes localidades paleontológicas en el mundo por su enorme contenido de peces fósiles. Por el momento se han recolectado más de 3500 especímenes, agrupados en más de 50 taxa (por encima del nivel taxonómico de género) muchos de ellos, probablemente la mayoría, nuevos para la ciencia (Applegate, 1996). El contenido paleo-ictiológico de Tlayúa es tan importante que representa más del 75% del total del material recuperado. De los grupos de peces que han sido estudiados con mayor detalle cabe destacar a los: picnodontes; macrosémidos; ámidos, ophiópsidos, aspidorhynchidos, Ictiodéctidos, elópidos, clupeomorfos y sarcopterigios, entre muchas otras familias (y otras categorías taxonómicas) de peces fósiles tanto teleósteos como de no teleósteos.


Breve sinopsis de algunos grupos de peces fósiles que están siendo estudiados.

Picnodontes.

 En Tlayúa por lo menos cuatro o cinco géneros con varias especies de las que, por el momento el Dr. Shelton Applegate ha descrito Tepexichthys aranguthyorum y en la actualidad trabaja en la publicación de dos especies más. Estos peces, ya extintos, de cuerpo comprimido son muy parecidos a las especies de teleósteos que habitan en los arrecifes de coral que conocemos hoy en día. Lo anterior es un factor a considerar al interpretar la paleoecología de Tlayúa.

Macrosémidos.

Antes del descubrimiento de Tlayúa estos interesantes peces sólo habían sido reportados en Europa. De ahí que los estudios que realiza la M. en C. Katia González. Sobre la familia Macrosemiidae son los primeros en su tipo en el Nuevo Mundo. Al igual que en los picnodontes, los macrosémidos siempre han sido asociados con zonas arrecifales. En la actualidad se han recolectado unos 120 ejemplares de los cuales Katia ha descrito una nueva especie del género Metagoges y otros dos taxa que representan géneros nuevos. La excelente preservación y las características anatómicas de los macrosémidos están propiciando estudios complementarios sobre paleogeografía, hábitos y sucesiones faunísticas (relacionadas con los grupos de peces que han habitado los arrecifes en el Viejo y Nuevo Mundo).

Amiformes.

de este grupo se han recolectado varios especímenes dentro de los que se encuentran algunos de los ejemplares de mayor tamaño reportados para la Cantera Tlayúa. El Dr. Lance Grande, del Field Museum de Chicago está por concluir una publicación sobre los ámidos del mundo en donde incluye un taxón (o posiblemente dos) de Tlayúa que será descrito como nuevo género y especie.

Ophiópsidos.

Otra especie que ha sido descrita por el Dr. Applegate es Teoichthys kallistos que pertenece a la familia Ophiopsidae. De este taxón (a nivel familia) sólo se han descrito tres especies en el Nuevo Mundo, incluyendo el material de Tlayúa.

Ictiodectiformes

Son teleósteos primitivos de posición taxonómica incierta que están siendo estudiados por el Biólogo Jesús Alvarado. En la colección Paleontológica del IGLUNAM existen más de 130 especímenes que pueden ser asignados a este interesante taxón. Hasta el momento se piensa que por lo menos existen tres géneros que corresponden al suborden Ichthyodectoidei. Uno es muy primitivo debido a que posee tres epurales y parietales no fusionados; además carece de cresta epioccipital y su palatino es poco derivado. Otro género se caracteriza por sus dientes, crestas epioccipitales bien desarrolladas y un palatino más derivado. El tercer género, que parece corresponder a la familia Saurodontidae, es un taxón primitivo representado por un dentario aislado que presenta forámenes en la base de los dientes de la mitad posterior de este hueso.

Sarcopterigios

Este hallazgo (un sólo ejemplar) es importante ya que representa el primer registro del celacanto Axelrodichthys en México. Luis Espinosa dio a conocer su presencia en algunas reuniones científicas y en reportes a diferentes agencias que apoyan la investigación paleontológica, señalando las implicaciones paleogegráficas de este hallazgo. Sobre todo por su afinidad con los celacantos estudiados en la Formación Santana en Brasil.

El estudio de teleósteos tales como los clupeomorfos, aspidorhynchidos, elópidos etc. se encuentra en una fase inicial y por lo tanto los resultados iniciales se tendrán en un futuro próximo.

Otras investigaciones

La importancia de Tlayúa no sólo radica en los estudios taxonómicos y evolutivos de su paleobiota, también su material representa un enorme venero para investigaciones sedimentológicas, y geoquímicas encaminadas a establecer el patrón o los patrones de depósito, sobre todo aquellos factores relacionados con las laminaciones repetitivas que son tan características en la Cantera.

Así mismo, Tlayúa es un depósito extraordinario que nos ayuda a extender la diversidad y ecología de las comunidades del pasado geológico, sobre todo por la posición geográfica del depósito, y por consiguiente su relación con las faunas conocidas del Cretácico temprano (Albiano) de Norte América, Europa y Sudamérica. Finalmente, la preservación de los peces (con más de 100 m. a. de antigüedad) es tan fina que se ha llegado a encontrar los tractos digestivos completos de un número considerable de organismos (de muy diversos grupos). Lo anterior abre todo un nuevo campo de estudios encaminados a identificar dichos contenidos y así dilucidar los hábitos alimenticios y por consiguiente parte de la paleobiología de estos interesantes vertebrados que quedaron atrapados en el tiempo geológico.

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