La biósfera es la suma de todos los lugares en la Tierra
donde hay vida. Los organismos habitan en la hidrósfera: los océanos, los casquetes polares y otros cuerpos de
agua, tanto líquidos como congelados. También viven sobre, dentro y por encima de
los sedimentos (suelo) llamado litósfera,
que es la capa rocosa externa de la Tierra. Muchos gases y partículas ascienden
a la capa superior en la llamada atmósfera,
la cual constituye un hábitat para las aves y dónde se transportan seres
microscópicos además de semillas de plantas.
Los procesos que rigen el funcionamiento de la biósfera son
los mismos que rigen el funcionamiento de un ecosistema particular del planeta.
Digamos que la biósfera es el ecosistema más grande que se puede concebir, por
esta razón, describir sus propiedades es una tarea difícil.
La biósfera muestra
un patrón de flujo de energía entre ecosistemas, con su propia estructura trófica
global, su productividad primaria neta (transporte de energía), y tiene un patrón
de movimiento de la materia a través de los ciclos biogeoquímicos atmosféricos globales.
En la siguiente imagen puedes ver la biósfera dentro del círculo azul.
La biósfera es la parte del planeta en la que habitan los
seres vivos. Es una capa de la tierra con un grosos de entre 8 y 10 kilómetros
sobre la superficie terrestre y con una profundidad en la que penetran las
raíces de la vegetación. La profundidad considerada puede variar según algunas
interpretaciones, pues hay argumentos que basan sus puntos de vista en el
hallazgo de bacterias en profundidades de hasta un kilómetro.
El planeta Tierra no es inerme, tanto sus
aspectos físicos como los seres vivos son cambiantes e interactuantes. Los
aspectos físicos están en constante cambio (volcanes, temperatura de los
océanos, el movimiento y velocidad de los vientos, entre muchos otros más) y
también la de los seres vivos. Hay movimientos cíclicos propiciados por la
rotación de la tierra, por ejemplo, con el sol, pero también por la interacción
que existe entre todos en la superficie terrestre. Dicho de manera sencilla, la
vida en la biósfera está en cambio permanente y tanto los elementos físicos como
la vida interactúan y, sobre todo, los seres vivos, sus características dependen
de la forma como se relacionan entre ellos y su medio natural
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