La
principal función de un sistema financiero es intermediar entre quienes tienen
y quienes necesitan dinero. Quienes
tienen dinero y no lo requieren en el corto plazo para pagar deudas o efectuar
consumos, desean obtener un premio a cambio de sacrificar el beneficio
inmediato que obtendrían disponiendo de esos recursos. Ese premio es la tasa de interés. Quienes requieren
en el corto plazo más dinero del que poseen, ya sea para generar un valor
agregado mediante un proyecto productivo (crear riqueza adicional) o para
cubrir una obligación de pago, están dispuestos a pagar, en un determinado
periodo y mediante un plan de pagos previamente pactado, un costo adicional por
obtener de inmediato el dinero. Ese costo es la tasa de interés. Empatar las
necesidades y deseos de unos, los ahorradores, con las necesidades de otros,
los deudores, es la principal tarea del sistema financiero y en dicha labor las
tasas de interés juegan un papel central.
el
sistema financiero es una institución formal con sus propias reglas del juego y
organizaciones que vigilan su funcionamiento adecuado. el
sistema financiero es una institución con organizaciones con obligaciones y
derechos, reguladas por el gobierno.
El
ahorro permite mejorar la calidad de vida de las personas. Si una parte del ingreso
monetario de una persona no se gasta y se ahorra en un momento dado, ese dinero
se incrementará en el futuro si se deposita en una cuenta bancaria o se
invierte. En ese sentido, el ahorro en un momento dado, se convierte en la posibilidad
de incrementar el gasto en otro momento futuro.
Ingreso: desde un punto de vista individual,
es el monto de dinero que cada uno recibe en un tiempo determinado.
Egreso: un gasto es una salida de
dinero que una persona o empresa debe pagar para un artículo o por un servicio.
Ahorro: es el ingreso menos el egreso
o gasto.
Uno de
los aspectos más relevantes de la vida en términos individuales o familiares es
cultivar la práctica del ahorro. Los expertos en este tema señalan que:
“controlar el presente, es planificar el futuro”. Cuando se ahorra, es decir, cuando
se gasta menos de los ingresos obtenidos, en el futuro se podrá tener una vida
mejor, pues ante situaciones imprevistas o repentinas en las que se requiera
disponer de recursos de forma urgente, lo mejor es contar con un capital acumulado
disponible para usarse sin afectar la economía personal o familiar.
Las metas para el ahorro
Una consideración importante para ahorrar es plantearse metas
realistas puesto que hay indicios de que la mayoría de las personas que no se
plantean metas, eventualmente abandonan ese propósito, mientras que los que sí
se proponen un orden sistemático y persisten en esta práctica, disponen de
recursos monetarios y bienes, como propiedades para la vida como adultos
mayores. Con un balance de lo que se quiere, será más factible planear y
replantear metas a corto, mediano y largo plazo.
Metas a corto plazo:
Por lo
general, este tipo de metas comprenden un lapso de aproximadamente 12 meses
como máximo. Un ejemplo puede ser crear un fondo de emergencia en una entidad
financiera.
Metas a mediano
plazo:
Abarcan
un lapso no superior a cinco años. En un periodo como tal es muy probable que
si se ha ahorrado con disciplina, el dinero pueda ser utilizado para el pago de
la cuota inicial en la compra de una vivienda o para montar una empresa.
Meta a largo plazo:
No
tiene un término en el tiempo y es aquella que da una estabilidad económica,
académica y personal también indefinida. Por ejemplo, ahorrar suficiente para
jubilarse a una edad específica o pagar una parte o la totalidad de la
educación universitaria de los hijos, pueden ser algunos de los resultados del
ahorro a largo plazo.
El estado financiero
Un plan de ahorro implica determinar tu estado financiero. Esto quiere decir realizar una relación de todos los ingresos que se tienen y contraponerlo, es decir, restar el total de gastos en los que se incurre en cierto periodo. Con tal información es posible determinar la cantidad excedente de los ingresos que puede ser ahorrada, calculando la diferencia entre ingresos y gastos totales, por ejemplo, un mes, uno o varios años. Todo lo anterior implica además de las metas u objetivos, la elaboración de presupuestos, cálculos objetivos y, ante todo, sinceridad en los manejos, acuerdos y estrategias ante imprevistos.
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