Estado moderno.
Al surgir la filosofía con René Descartes la duda sobre la
existencia, ya no como algo dado desde la esfera mágico-religiosa por el hecho
de estar en el mundo sino a partir del momento en que el ser adquiere la
conciencia de su existir (cogito ergo
sum = dudo, luego existo) se plantea también la necesidad de que la
sociedad humana sea la creadora de su propio destino. Esto fue expresado
claramente por Jacobo Rousseau en El
contrato social, donde define la creación del Estado moderno, lo cual
determinará la verdadera edad moderna para la sociedad: la vigencia de un
Estado de derecho con leyes humanas impuestas por un poder judicial (no divino)
y formuladas desde parlamentos conformados por representantes populares (no
solo aristocráticos), elegidos mediante el voto, y la presencia de un poder
ejecutivo que constituyen la estructura de la estratificación social: la democracia.
Así la modernidad
es regida por el estado civil en el que los reinos dejan paulatinamente de
serlo (o al menos integran un parlamento civil para garantizar la participación
de distintas voces y tendencias del pueblo en el devenir de su historia), y en donde
el poder ciudadano ejerce a través del principio de soberanía popular.
Ideología.
En el camino del diseño político en favor de la república (república, del latín “cosa pública”, lo común o lo público de las relaciones
entre iguales) regidas por leyes civiles, México ha representado en su
literatura (prosa, poesía, teatro y guion cinematográfico) esos procesos político-sociales
que reflejan los cambios, el espíritu que los envuelve y la construcción compleja
de un pensamiento ciudadano independiente a los poderes eclesiásticos y monárquicos.
Las ideas políticas que reflejan las tendencias sociales (liberales o de izquierda, de centro y
conservadores o de derecha), constituyen la base de los que Carlos Marx denominó
ideología (del griego idea, que uno de sus sentidos es “apariencia”;
y logos, conocimiento) perspectiva
mediante la cual el ser humano a nivel individual y colectivo, conoce y la da interpretación
al mundo material (infraestructura)
para formarse una representación y un pensamiento (superestructura), que determinara sus acciones en la vida pública.
Ideas políticas en la literatura mexicana.
Las ideas políticas liberales (más que conservadoras)
aparecen con mucha vehemencia en la literatura mexicana, especialmente durante
las primeras décadas posteriores a la independencia y la Reforma en el siglo XIX
, y más tarde en los procesos durante y después de la Revolución, así como en
la gestación del México contemporáneo, en donde las contradicciones entre los
diferentes grupos que encabezan las distintas facciones e intereses han dado
lugar a una lucha por el poder a través de los partidos que las representan, en
un sistema político que ha intentado encausar las diferencias a través del
modelo de la Democracia representativa
vigente.
En los textos de las ciencias sociales esto es más
identificable, en el México contemporáneo, por ejemplo, han tenido un papel
importante los libros de autores como Pablo González Casanova, La democracia en México. Daniel Cosío Villegas,
El sistema político mexicano o El estilo personal de gobernar. Luis
Javier Garrido, El partido de la revolución
institucionalizada.
El ámbito de la literatura ha jugado un papel importante los
escritures como: Octavio Paz, El ogro filantrópico;
Fernando Benítez, El rey viejo; Carlos
Fuentes, Tiempo mexicano; Elena Poniatowska,
La noche de Tlatelolco y Carlos Monsiváis,
días de guardar, por mencionar algunos.
Estos científicos y escritores han retratado y reflexionado
al respecto de la situación política, social y cultural de México, y
representan voces críticas y muchas veces discordantes entre sí, que han
aportado elementos para comprender los retos y desafíos del acontecer de una nación
libre.