(Espacio de enunciación intelectual del autor)
De conformidad con lo analizado, en este apartado se
enfatiza a través del uso del lenguaje
pero sobre todo, de la capacidad argumental para expresar ideas, se conforman
una serie de características que determinan el estilo literario de los autores,
quienes parten para su obra literaria desde una plataforma intelectual (formación
, recursos lingüísticos, antecedentes: en suma, contexto) muy personal,
determinando por su lugar en el panorama cultural o literario, condición objetiva
que permite en muchas ocasiones ubicar mejor la obra.
Aquí se puede hacer una breve disertación al
respecto. Si bien es cierto que en teoría (o al menos desde la perspectiva del
lector), cada autor debería aparecer en una perspectiva horizontal, es decir,
de igualdad, porque si parte de la premisa de que cada obra se defiende por si
misma (por su calidad), en realidad al observar la trayectoria de autores (y de
manera más reciente y cada vez numerosa, mujeres), en toda época y lugar, se
puede ver que existen quienes han estado en mejor situación social, lo que les
ha permitido tener una visión del mundo más amplia, al poder viajar,
establecerse en otros países y regiones solamente para escribir y en muchos
casos, recibir estipendios (dinero para cubrir sus gastos) a nivel discrecional
por parte de un mecenas, es decir, algún aristocrático o miembro de las cortes
que solía financiar la existencia de talentos artísticos para disfrute de un
grupo reducido de lectores y espectadores, lo cual confería prestigio y poder.
El mecenazgo ha subsistido
con el tiempo. De hecho, en la actualidad es un subsidio que la mayoría de los países miembros de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) asumen
para fomentar la creación literaria, en forma de becas, apoyos escolares,
permios y concursos, o estipendios, ya en forma de patrocinios oficiales o bien
en forma de becas. En nuestro país y en el mundo, distintas instituciones ofrecen
becas para la creación, la edición de libros, la divulgación, traducción o el
estudio de algún autor en específico. Por ejemplo, el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT),
son dos instituciones que otorgan becas y apoyos mediante concurso.
La corriente literaria del autor.
A lo largo de los siglos se han ido creando cada vez con
mayor firmeza y notoriedad grupos literarios, que son espacios de libre asociación,
en los que ciertos escritores confluyen (quizá solo de modo temporal) con propósitos
y gustos específicos, pero que hacia finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX se definían
a través de manifiestos, en los que
quienes suscribían esos acuerdos estéticos tomaban posición o hacían pronunciamientos
a propósito de ideas sociales, políticas y culturales en torno a la temática de
la literatura, el arte, la vida social y la cultura. Estos grupos recibieron el
nombre de vanguardias.
Por la similitud estética, la cercanía temática, o
simplemente por tener una vida literaria en el mismo tiempo y lugar, suelen
darse afinidades entre las obras de algunos autores, llegando a crear
corrientes literarias. Así, podemos hablar de la generación del 98 o del 27; la
poesía dadaísta, futurista, surrealista y estridentista (cuatro ejemplos claros
de vanguardias literarias regidas por manifiesto); la novel de la revolución mexicana,
el ultraísmo, la poesía concreta, los contemporáneos, la generación perdida, el
realismo mágico, la literatura beat,
la literatura de la onda, los infrarrealistas o/y la generación del crack.