Heteronomía.
En los primeros años de vida, los seres humanos necesitan del cuidado y
educación de sus padres y la escuela para llegar a ser ciudadanos capaces de
resolver por sí mismos los problemas que se les enfrenten a lo largo de sus
vidas. La razón por la que los niños requieren de la cría de los adultos se
debe a que ellos rigen sus actos con base a sus apetencias biológicas es decir
con base a lo que ellos consideran placentero o doloroso.
Los adultos regular la conducta de los niños a través de las normas, que
muchas veces los niños no entienden ni las aceptan con agrado. Los niños se
someten actuales normas, no por voluntad propia, sino porque así lo mandan los
mayores.
Uno de los principales retos de la sociedad es lograr que sus ciudadanos, a
través de un proceso educativo, Lawrence de individuos maduros que acepta
libremente las normas que fomentan formas de convivencia saludables.
La heteronomía, o tendencia de los hombres a regir su voluntad a partir de
sus deseos y pasiones no es exclusiva de la infancia, existen muchos adultos
que toman sus decisiones dándole mayor peso a lo que ellos consideran las
entero el lugar de escoger la opción que dicta la razón.
Autonomía.
Es la voluntad que permite tomar en cuenta las necesidades de los demás
para elegir la alternativa que reditúa más beneficio a la mayoría.
Por ejemplo, una muchacha a bordo de un colectivo, que
decide quedarse descansando en el asiento, el lugar de cederle el asiento a una
anciana que acaba de subir, está tomando una decisión basada en el displacer
que le causara viajar de pie. Pero si ella toma una decisión racional, cederá
el asiento a la anciana, pues con tal acto no solo beneficia a la señora, sino
que además estará dándole vigencia a la costumbre social de cuidar a la gente
de la tercera edad, lo cual le beneficiará en un futuro.