Introducción.
Suele definir a las izquierdas
(no existe “una izquierda”) a las corrientes ideológicas derivadas en
principios de las ideas de Marx, o de su filosofía política: el materialismo histórico.
Existieron pensadores, filósofos, teóricos, políticos y
militares del marxismo que refutan sus tesis y teorías desde dentro del propio
materialismo dialéctico, como Proudhon, Kropotkin y Ricardo Flores Magón
(anarquismo); Vladimir I. Lenin (marxismo-leninismo); León Trotsky (trotskismo);
Mao Tse-Tung (maoísmo); Antonio Gramsci (marxismo gramsciano); Louis Althusser
(marxismo althusseriano); Fidel Castro y Ernesto Che Guevara (marxismo
castro-guevarista).
Socialismo.
Más reciente, por el fracaso social del socialismo real y con la reflexión de pensadores como Jürgen
Habermas, Frederic Jameson, Edward Said o Marshall Berman (materialismo
posmoderno) se han abierto nuevas corrientes de izquierda que tienden a crear
mecanismos de análisis de lo social, sin dogmas inamovibles, puesto que
particularmente al maoísmo y al marxismo-leninismo (hasta ahora prevalecientes),
se la ha acusado de ser totalitarismos
(que comparten el mal prestigio con los de derecha, como el fascismo), y de
interpretar la dictadura del proletariado, a favor de un grupo de poder,
representado por un dictador que pretender perpetuarse hasta su muerte.
Sin embargo, en su origen filosófico, estas teorías parten
del liberalismo, producto de la noción de sociedad civil que surge a partir de
la Revolución Francesa: una democracia liberal es aquella que dotaba a todos de
las mismas oportunidades, sin absolutismo monárquico-religioso.
Liberalismo.
El liberalismo radical que derivó de las ideas de Juan
Jacobo Rousseau, quien propugnaba por una total anulación del poder eclesiástico,
llegó a ser una inspiración e influencia en el México de la Guerra de Reforma en lo que el
gobierno liberal de Benito Juárez ordenó la confiscación de todos los bienes de
la jerarquía eclesiástica; y de la Guerra de los Cristeros, en la que en el
colmo del radicalismo, bajo el Maximato (gobierno del general Plutarco Elías
Calles), se agredió totalmente ya no al poder eclesiástico, sino al oficio
religioso y a la fe popular, persiguiéndose a los fieles católicos (que en
nuestro país son millones) lo que desató un conflicto de enormes proporciones,
generados de nuevas pugnas en el siglo XX.
Ideología.
Generalmente los autores de las distintas corrientes
muestran están tendencias y preferencias ideológicas a través de sus personajes
principales, como por ejemplo en “La novela de la revolución”, en que la
posición de Mariano Azuela (los de abajo)
o Nellie Campobello (Cartucho), es
completamente diferente a la de Martín Luis Guzmán (La sombra del caudillo) esta, por cierto, mucho más conservadora.
Sin embargo, las tres son novelas magistrales que retratan
perfectamente las tendencias ideológicas. Puede resultar de particular interés
leer las interpretaciones de la revolución hechas por John Reed (The Mexican army and ours).
Rusia.
De manera diferente, las novelas rusas de la revolución bolchevique
de octubre (de corte comunista, que llevaría al poder a Lenin), fueron
cuidadosamente editadas posteriormente por Stalin como elementos de adoctrinamiento
ideológico, por lo que es recomendable leer la propia versión de John Reed (Los diez días que conmovieron al mundo),
para darnos cuenta de una visión quizá no totalmente objetiva, pero tampoco
decididamente parcial, de lo que ahí se relata.
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