sábado, 6 de agosto de 2016

Estructura del ensayo

Título.

El ensayo debe ser interesante desde el propio título y subtítulo, o de lo contrario, no puede llegar a despertar curiosidad en los lectores. El título y el subtítulo forman un dueto importante que sugiere o del que puede deducirse la temática, el modo de tratarla y los aspectos que resaltan dentro de una estructura.

Tema.

A diferencia de la novela, el tema no centra en las pasiones humanas, sino en las preocupaciones éticas, estéticas, intelectuales del autor del ensayo, sobre ciertas constantes que aparezcan en distintos niveles: lingüísticos, históricos, estéticos, cultural.

Hipótesis o idea directriz.

Formulación planteada como un supuesto que será o no demostrada por el autor del ensayo. No es una tesis, sino una idea anterior a ella, cuya certidumbre se poden a prueba. Se establece como premisa, es decir, una señal o indicio que se toma como base para un razonamiento al abordar distintos tópicos, que conduzcan al ensayista hacia conclusiones reveladoras para sus lectores e incluso para sí mismo.

Contexto histórico y geográfico.

La dimensión espacio-temporal en la literatura y en el ensayo particular, sitúa la obra de manera clara y la convierte en una experiencia verosímil y convincente para el lector quien asi puede establecer sus propias conclusiones, o identificarse con el ensayista mientras realiza la lectura.

Uso del lenguaje.

A pesas de que suele presentarse en el ensayista experimentado una utilización del lenguaje con tintes eruditos, es preciso que sin importar que tan ornamentado sea el discurso ensayístico, este tenga principios claros de formulación gramatical, puntuación y por supuesto ortografía y sintaxis.
Recurrentemente, el ensayista utiliza una gama de vocablos para su disertación. Su conocimiento del lenguaje debe proveerle, sin embargo, de la habilidad para no generar confusión en el peso específico de cada palabra, cada frase y oración, no como si se estuviese hablando sino como si hubiera que convencer al lector de las directrices que guían el ensayo. De la identificación del lector con las líneas argumentales para esa labor de convencimiento, asi como del despliegue de un estilo propio por parte del ensayista, depende “atrapas” en la lectura.
Como por ejemplo se cita el ensayo Genero y humor: la ironía y el relajo femenino en la búsqueda del sentido libertario, de Consuelo Patricia Martines Lozano, en el que utiliza un epígrafe que forma parte de Mujer que sabe latín, de Rosario Castellanos.

Una vez que se han analizado los elementos para crear un ensayo, es importante conocer la manera en que se puede usar materiales que otras personas han creado, de tal forma que se respeten los derechos de autor, y como ordenar la información para emplearla en la creación de escritos.

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