Es una técnica narrativa que presenta la interioridad del
narrador mediante la manifestación de los contenidos de su conciencia.
En el monólogo interior elector acceder de manera directa a
los pensamientos y sentimientos del narrador.
Se caracteriza por pasar rápidamente de un tema a otro y por
tener un grado de articulación menor que el de la oralidad. En algunos casos,
la prosa es muy elaborada – uso de figuras retóricas – puesto que se busca
expresar, mediante lenguaje, la estrecha relación entre el individuo y el
pensamiento.
Por ejemplo, en el cuento Macario de Juan Rulfo podemos ver
cómo el narrador efectivamente representa su propia interioridad a partir de la
enumeración de diferentes ocasiones y situaciones que de una forma u otra se
van conectando de manera relativamente azarosa, podemos observar como en primer
lugar se abarcan gran cantidad de temas en un pequeño espacio y vemos como
estos temas no están articulados de la forma común en que se desarrolla la
oralidad, es decir de manera lógica y coherente, sino de una manera un poco más
irracional que semeja la forma en que se desarrolle el pensamiento.
A partir de estos elementos lo que se busca
precisamente es representar la interioridad del narrador, los contenidos de su
conciencia. Esta técnica es bastante similar a la de la corriente de la
conciencia sin embargo es un poco más articulada.
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