sábado, 23 de septiembre de 2017

Políticas ambientales

La política ambiental es la preocupación y desarrollo de objetivos con fines para mejorar el ambiente, conservar los principios naturales de la vida humana y fomentar un desarrollo sostenible.
En diversos países surgieron organizaciones sociales que demandaron la divulgación de los avances científicos a toda la sociedad y sobre todo la consulta de la aplicación de dichos avances, como una consecuencia de los lanzamientos de las bombas atómicas en Japón. Pues en aquel entonces las decisiones fueron tomadas por las cúpulas militares y gubernamentales y los avances eran secretos de Estado.
Cuando el desarrollo industrial y tecnológico se aceleró, se hicieron evidentes la contaminación del aire y el agua en diversas ciudades, por lo que organizaciones sociales exigieron que los gobiernos legislaran sobre este tema.

Políticas nacionales (normas mexicanas)

En México inició la preocupación gubernamental por la ecología en los años 60, pero hasta 1971 surgió la Ley Federal para prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, y entre 1973-1976 se creó un órgano de administración que fue la Subsecretaria de Mejoramiento del Ambiente, la cual estuvo primero en la Secretaría de Salubridad y Asistencia y después en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
Fue hasta 1983-1988, en el Plan Nacional de Desarrollo durante el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando se incluyó por primera vez el tema ecológico como factor explícito en el desarrollo social y económico del país y se plantearon estrategias para el uso adecuado de los recursos naturales, la promoción de tecnologías eficientes y para evitar el crecimiento urbano en las zonas concentradas del Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey.
En 1987 se incluyó en la Constitución la obligación de preservar y restaurar el equilibrio ecológico y se establecieron obligaciones federales, estatales y municipales (se reformaron los Artículos 27 y 73).
En 1988 se definieron los ámbitos de responsabilidad pública para la resolución de problemas ambientales en la “Ley General del Equilibrio Ecológico y el Equilibrio Ambiental”, la cual ha sido el instrumento de la política ambiental del Estado. En 1992 se crearon el Instituto Nacional de Ecología y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. La principal debilidad de la política ambiental era la ausencia de reglas objetivas para la actuación gubernamental. image
En 1987 se ratifica el protocolo de Montreal, en 1989 se firmó el acuerdo de Basilea, de 1995 a 2010 el mercado ambiental mexicano pasa de 0.6 % del PIB al 1.8 %, que se traducen a 29 millones de dólares.
Se han creado instituciones en las fronteras para regular y vigilar la producción de contaminantes en las mismas y se crearon otros mecanismos para regular la contaminación de residuos industriales (químicos, radioactivos, maquila, etc.).

Políticas internacionales: organismos y cumbres

imagePara comenzar este tema debemos tener claro que los principios de la política ambiental son los principios de desarrollo sostenible para un crecimiento económico limpio y ecológico:
  •   El principio de responsabilidad medioambiental, todos podemos mejorar nuestro entorno.
  • El principio de prevención, mejor prevenir que corregir desastres ecológicos.
  • El principio de sustitución de sustancias peligrosas por otras menos contaminantes y procesos de alto consumo energético por otros más eficientes.
  • El que contamina paga en los casos que no se puede prevenir el daño ambiental.
  • El principio de la coherencia que requiere la coordinación de la política ambiental con otros departamentos y la integración de objetivos ambientales.
  • Principio de la cooperación en grupos sociales que trabajen con objetivos de mejora ambiental y su realización es indispensable.
  • La política ambiental debe basarse siempre en los resultados de investigaciones científicas.
En 1972 se empezó a dar importancia internacional al ambiente cuando se celebró en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. Después, aunque se avanzó algo respecto a cuestiones científicas y técnicas, se siguió soslayando la problemática del medio ambiente en el plano político y se fueron agravando, entre otros, los problemas ambientales, el agotamiento del ozono, el calentamiento de la Tierra y la degradación de los bosques.
Se avanzó cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD). La Conferencia, conocida como Cumbre para la Tierra, se celebró en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992. Fue un momento decisivo en las negociaciones internacionales sobre las cuestiones del medio ambiente y el desarrollo.
imageLos principales objetivos de la Cumbre eran lograr un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y de las generaciones futuras y además, sentar las bases para una asociación mundial entre los países desarrollados y los países en desarrollo, así como entre los gobiernos y los sectores de la sociedad civil, sobre la base de la comprensión de las necesidades y los intereses comunes.

Los acuerdos de la Cumbre para la Tierra

En Río de Janeiro, 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y de Gobierno, aprobaron tres grandes acuerdos para regir la labor futura:
v  El Programa 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible.
v  La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de principios en los que se definían los derechos civiles y obligaciones de los Estados.
v  Una Declaración de principios relativos a los bosques, serie de directrices para la ordenación más sostenible de los bosques en el mundo.
Se propusieron dos instrumentos con fuerza jurídica obligatoria: la Convención Marco sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Al mismo tiempo, se iniciaron negociaciones para una Convención de lucha contra la desertificación, que quedó abierta a la firma en octubre de 1994 y entró en vigor en diciembre de 1996. “Para ayudar a los países a formular normas sobre sostenibilidad y controlar sus efectos, el Programa 21 reconoce la necesidad de que se establezca una serie de indicadores del desarrollo sostenible de aceptación internacional. Se prevé que para el año 2000 se pondrá a disposición de todos los países una serie de indicadores de entre los cuales los gobiernos podrán seleccionar los más adecuados para las condiciones en sus países. La labor de la Comisión respecto de la evolución de las modalidades de producción y de consumo, particularmente en los países desarrollados, incluye la promoción de modalidades más sostenibles de consumo y de producción y la evaluación de los efectos de los cambios en las pautas de consumo y producción en los países desarrollados. La transferencia de tecnología ecológicamente racional es otra cuestión en que la Comisión aprobó un programa de trabajo encaminado a seguir promoviendo formas de producción industrial menos contaminantes”. Una Comisión creada en esta cumbre está ampliando el alcance del Programa 21, mediante su colaboración con la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con el fin de promover la coherencia y el apoyo mutuo de las actividades en materia de comercio, medio ambiente y desarrollo sostenible.

La Cumbre para la Tierra + 5 en 1997

La Cumbre para la Tierra acordó que la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un período extraordinario de sesiones que se celebraría en 1997, llevaría a cabo un examen de los adelantos alcanzados al cabo de cinco años. En ese período extraordinario de sesiones se evaluó la respuesta de los países, las organizaciones internacionales y la sociedad civil al reto de la Cumbre para la Tierra.
En la Cumbre para la Tierra + 5, los Jefes de Estado y autoridades gubernamentales, en consultas de base amplia en todos los planos, desde el local hasta el internacional, llevaron a cabo una evaluación amplia y honesta de su posición respecto a los objetivos establecidos en la Cumbre para la Tierra. El objetivo consistió en determinar y reconocer los adelantos alcanzados en la aplicación de los acuerdos concertados en la Cumbre para la Tierra y en promover acuerdos similares en todo el mundo. También se identificaron errores y omisiones y se propusieron medidas correctivas.
A partir de esto se promovería la asociación mundial necesaria para alcanzar el desarrollo sostenible y se renovaría el compromiso de los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, los representantes de grupos principales y la ciudadanía en general respecto a los retos del siglo XXI. Un propósito importante del período de sesiones consistía en determinar las prioridades y los objetivos y esbozar un plan de trabajo para la siguiente etapa de aplicación de los instrumentos de la Cumbre para la Tierra.

El protocolo de Kioto

El protocolo de Kioto establece un compromiso de las naciones industrializadas para estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, por ej. CO2, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos, hexafluoruro de azufre, metano y óxido nitroso), establece metas de reducción de las emisiones para 37 países y la unión europea, reconociendo que son los principales emisores de GEI que hay actualmente en la atmósfera, y que son el resultado de emitirlos desde hace más de 150 años.
En el protocolo hay un principio central: “responsabilidad común pero diferenciada”.
La estructura del protocolo proviene de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, aprobada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y ha logrado que los gobiernos y las empresas establezcan leyes y políticas que los comprometan a cumplir sus responsabilidades acerca de las inversiones relacionadas con emisiones de GEI y estableció el mercado del carbono. Es el primer paso para generar un régimen mundial de reducción y estabilización de emisiones de GEI, por lo menos hasta 2012. Para medir dichas reducciones se apoyará en un Grupo Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPPC), formado por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 1988.

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