La narrativa es la rama de la literatura que muestra siempre
algún relato de ficción, en donde puedan establecerse relaciones
espacio-temporales entre distintos personajes u objetos, a partir de uno o
varios puntos de vista narrativos.
Esta rama literaria da origen a distintos géneros, de los
cuales los más comunes son el cuento y
la novela, que a su vez pueden
adaptarse al guion de cine, o a otros formatos. A partir de la década de los
sesenta del siglo XX, se ha agregado a esta rama la novel de no-ficción,
comúnmente derivada de la interacción profunda entre periodismo (con sus
propios géneros como la crónica, el reportaje y la entrevista), y la
literatura. Tambien es conocida como prosa.
El relato de ficción suele tener una serie de elementos
clasificables y comprensibles para su análisis, de los cuales una derivación de
la lingüística estructural (la semiótica se centra en el estudio de la
propiedad de significar relativa al lenguaje), ha hecho algunos estudios que
permiten analizarla para un mayor disfrute y comprensión del texto literario.
Varias escuelas iniciaron este análisis: el Estructuralismo
Frances Roland Barthes (Fragmento de un discurso amoroso, 1977); Pierre
Bourdieu (Genesis y estructura del campo literario, 1995) y anteriormente el filósofo
Gastón Bachelard (La poética de la ensoñación,1960;1982).
En el caso de la escuela formalista, los rusos Vladimir
Propp (Morfología de un cuento, 1920; 1977) y A. J. Greimas (Semántica
estructural, 1966; 1971), asi como el búlgaro Tzvetan Todorov (Los géneros del discurso,
1978; 1996; 2012), entre otros, se han dedicado a explicar la estructura del
relato, especialmente de ficción. Asi es posible tener diversos puntos de vista
y elementos para analizar un texto narrativo.
Elementos de la narración.
Planteamiento, desarrollo, clímax y desenlace.
Entre los elementos básicos del análisis literario se
encuentra el tiempo, a través del
cual se identifican cuatro momentos del relato, que regularmente presentan un
comportamiento afín, ya que en la literatura occidental suele aparecer un ritmo
narrativo (emparentado con el tiempo) y a estas fases del tiempo en una historia
de ficción, se les podría describir asi:
Planteamiento.
Momento de inicio de una obra literaria en la que las
escenas y personajes principales aparecerán paulatinamente. Si bien la mayor
parte de ellos lo hace en forma explícita, en los últimos años, la literatura contemporánea
tiende a esconder un poco más a los personajes principales.
En este lapso, como su nombre lo indica, se plantea el
problema de la obra literaria, es decir, si se entiende la narrativa universal
como una gran plataforma de los sueños de la historia y de las emociones, correspondería
básicamente al momento en que las pasiones y los motivos humanos aparecen
personificados en sujetos descritos con características que los involucraran en
el futuro devenir de la obra literaria. Se caracterizan los personajes y se
describen tiempo, espacio y acontecimientos circundantes que problematizan esa
pasiones y motivos.
Desarrollo.
Cuando se han establecido las primeras “escenas” del relato
de ficción, se ha trazado con precisión el habla de los personajes que llevan
el pulso de la historia y se ha descrito tan ampliamente como el estilo del autor,
lo requiera tanto el tiempo en que transcurre la historia, como los escenarios
en que discurren los diálogos y acontecimientos entre personajes, es preciso
desarrollar las líneas argumentales en las que el buen narrador va
incrementando la tensión dramática.
En el caso del cuento breve (o brevísimo que no supera más
de una página), y del cuento en general, es preciso comprender cuanta tensión dramática
va en aumento para mantener al lector atento. Esto se logra con éxito cuando están
balanceados el lenguaje utilizado, muy claros los diálogos, y bien trazadas
escenas, de modo que puedan irse sintiendo breves momentos climáticos.
El escritor con oficio logra tambien abrir otras puertas
durante las escenas, que pudieran confundir o plantearse como salidas falsas a
la historia central, ademas de algunos momentos en que, sin ser climáticos, las
cosas pueden cambiar en el relato. A estas se les llama “vueltas de tuerca” o “golpes
de timón”.
Clímax.
El momento cumbre del relato, se define el desenlace y de algún
modo, descubre los misterios que le acompañaron y fueron tejiéndose con tensión
dramática, suele denotarse a través de alguno de los sujetos que van llevando
el pulso narrativo cuando este o está por obedecer una pasión o sentido heroico,
desencadena hechos, pero tambien comúnmente, se elabora a través de un falso o
elemento sorpresa, que suele haberse contenido o escondido durante la narración,
y que debe poseer por sí mismo una buena dosis de sorpresa, de modo que cause
una conmoción en el lector.
Desenlace.
Suele caracterizarse, especialmente en la era contemporánea,
por dejar un final abierto, de libre interpretación, pero comúnmente el final
es un desenlace que va dejando respondidas las problemáticas de la trama. El buen
narrador escapa a la categorización de ser un escritor “fácil” o “previsible”
si logra que se desenlace deje algún misterio inconcluso, que pudiera suponer
el inicio de otro relato.
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