La lingüística se
desarrolló como una disciplina para explicar los pormenores del lenguaje, sus
constantes, excepciones y reglas. Entre los lingüistas (aquellos estudiosos del
lenguaje y sus normas), el suizo Ferdinand de Saussure (Ginebra, 1958-1913) definido
en su obra Tratado de lingüística
general de 1908, las bases de lo que sería la lingüística estructural. Entre
sus aportaciones, muy útiles para comprender los textos del mundo están:
Diferencia entre lengua y habla.
·
Lengua:
caracterizada por ser permanente, no voluntaria, esencial y sistematizable.
·
Habla:
que se caracteriza por ser momentánea, accesoria y sistemática, y por estar en
constante cambio.
Las cuatro reglas de método fonológico.
1.
La lengua permanece inconsciente a los sujetos hablantes.
2.
Tienen un carácter sistemático, es decir, cada
uno de sus elementos adquiere significación en su puesta en relación con los demás
(letras, palabras, frases, oraciones, sentencias, etc.)
3.
Es una estructura.
4.
Posee reglas.
Fonemas.
·
Las unidades mímicas de significación son los fonemas: sonidos (los elementos más
simples de la lengua) que no tienen valor propio, sino que adquieren valoración
significativa en su relación con otros fonemas.
·
Se distinguen por su articulación de correlación
(uno detrás del otro) y de oposición, porque se oponen entre si (al significar
sonidos distintos).
Con lo anterior, se puede encontrar que los fonemas difieren
según la región del mundo en que se habite, dando lugar a algunos grupos de
lenguas, que a su vez derivaron en idiomas: las indoeuropeas (como el irlandés,
el alemán o el danés), romances o neolatinas (como el italiano, el francés, el
español, el portugués y el rumano) o las mesoamericanas (el náhuatl, el maya,
etc.).
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