La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los
principios para la conducta correcta del humano respecto a la vida, humana y no
humana (animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden darse
condiciones aceptables para la sobrevivencia. La responsabilidad social abarca
muchos aspectos, uno de los más importantes y de los que más aprecio se debería
tener, es el medio ambiente.
En el entorno actual la atención que se le da al medio
ambiente debe acentuarse mejor y tener un uso más equilibrado de los recursos
para generar menos impactos ambientales adversos. Abordar el tema de
responsabilidad social, se debe a que los efectos se encuentran en las
industrias y su impacto ambiental. Estas repercusiones han impulsado en la
conciencia de las personas la búsqueda de un comportamiento ético que atienda y
se encargue responsablemente de los desastres ambientales.
Existen muchos acuerdos, tratados y convenios de las
empresas, los consumidores, los ciudadanos y muchos más de carácter voluntario
en los que se comprometen a llevar a cabo acciones para frenar el desgaste
ecológico, entre otros: la aplicación del reciclaje, evitar desechar residuos
químicos en mares y ríos, evitar la quema de combustibles, contribuir a la
reforestación, aprovechar la obtención de energía por medio de recursos
renovables como el Sol y el viento.
La industria tiene mucho camino que recorrer para mejorar y
contribuir de manera eficiente a la lucha para rescatar el medio ambiente. Se
conocen diversas herramientas que están a disposición para acercarse a la
sociedad y formar un frente en contra de su destrucción.
Los desperdicios son una forma agresiva de contaminación
ambiental. El reciclar desechos del consumo es una forma de contribuir a
atenuar y revertir el deterioro del ambiente; es, en fin, el establecimiento de
relaciones amables con el entorno natural y entre los seres humanos.
La cultura de la
responsabilidad social debe avanzar tanto a nivel institucional como en las
actitudes de las personas. Requiere de un esfuerzo alcanzable por las grandes
organizaciones, además de la voluntad y prestancia de los individuos para no
arrojar líquidos contaminantes por el drenaje, no tirar basura en espacios
naturales y urbanos, procurar la salud de los árboles tanto en los bosques como
en el entorno de su vivienda, en no arrojar al bote de la basura desperdicios
que pueden ser reciclables; todo lo que se tenga al alcance y permita recuperar
la salud o, cuando menos, detener, el deterioro ambiental.