La biocenosis que es todo el componente vivo del ecosistema,
es decir, las poblaciones de las diferentes especies que habitan en un espacio,
mantienen diversas interacciones ecológicas. Existen diferentes tipos de
interacciones, las interacciones intraespecíficas se refieren a aquellas
que ocurren entre organismos de la misma especie; por otro lado, las
interacciones interespecíficas son las que suceden
entre diferentes especies. Las interacciones ecológicas se clasifican además en
cinco tipos, dependiendo de si el efecto que provocan sobre los organismos es
positivo, negativo o neutro.
La competencia provoca efectos negativos en las dos
poblaciones que interactúan. La depredación tiene efectos positivos para
los depredadores, pero afecta negativamente a las presas. El mutualismo es
una interacción en la que ambos participantes se benefician, Por último en el amensalismo
y el comensalismo una de las partes que interactúa no resulta
afectada, en tanto que la otra se ve afectada negativamente (en el caso del
amensalismo) y positivamente (en el caso del comensalismo).
Competencia
La competencia se da entre organismos que requieren los
mismos recursos, los cuáles se encuentran disponibles en cantidades limitadas.
El resultado de la competencia es que afecta negativamente el desempeño de los
organismos, es decir, sus probabilidades de sobrevivir, su capacidad para
crecer o su éxito reproductivo. La competencia no implica necesariamente que
los organismos tengan que enfrentarse unos a otros y pelearse por el alimento.
En algunos casos sí hay enfrentamiento (competencia por interferencia),
pero la mayoría de las veces los organismos simplemente disminuyen la cantidad
de recursos al consumirlos, por lo que tales recursos estarán menos disponibles
para otros (competencia por explotación), quienes se irán debilitando lentamente
hasta morir.
Hay dos tipos de competencia, dependiendo de la identidad de
las especies implicadas.
1. Competencia
intraespecífica.
Es la que ocurre entre organismos de la misma especie,
este tipo de competencia puede ser muy intensa, pues los individuos que
compiten tienen los mismos requerimientos de recursos. Por ejemplo, la que
ocurre con las plantas, al luchar por luz, nutrientes y agua.
2. Competencia interespecífica.
Tiene lugar entre organismos de diferentes especies que utilizan los mismos recursos para subsistir. Por
ejemplo, las hormigas que se alimentan de semillas, las cuales son a la vez el
recurso alimenticio de ratones y aves.
El resultado de la
competencia interespecífica es la exclusión competitiva, es decir, el
desplazamiento de una de las dos especies hasta su desaparición total de la
localidad (ver principio de Gause).
Depredación
La depredación consiste en que un organismo se alimenta del
otro. Se reconocen cuatro tipos fundamentales de depredadores: los depredadores
verdaderos, los herbívoros, los parásitos y los parasitoides. Esta clasificación
se basa en que si la interacción implica la muerte o no de la presa.
1. Depredadores
verdaderos. Consumen muchas presas a lo largo de su vida y éstas últimas
mueren al ser consumidas. En esta categoría podemos considerar a los grandes
carnívoros, como los leones, los jaguares, los lobos, o los coyotes que
consumen otros animales como cebras, tlacuaches, ratones, ardillas, lagartijas
y demás. También se incluye a la ballena que de una bocanada consumen millones
de crustáceos y zooplancton. También algunos invertebrados entran en esta
categoría como las arañas y algunas especies de hormigas.
2. Herbívoros.
Animales que consumen plantas. Pocos herbívoros consumen una planta entera
ya que por lo general se consume alguna de sus partes de tal manera que la
planta resulta dañada pero no muere del todo. Los herbívoros se especializan en
distintas partes de la planta, algunos consumen las hojas, otros se comen los
frutos, las flores, otros atacan las raíces y ¡hasta la
savia! Existen insectos chupadores que perforan el tallo y extraen el líquido
rico en nutrientes que circula por el tejido vascular de las plantas.
3. Parásitos.
Son organismos que viven a expensas de otros y que se alimentan de una sola
presa (o en ocasiones de unas cuantas), con las que establecen una relación muy
íntima. Generalmente la presa, que en este caso se le conoce como hospedero, no
muere, sino que sólo se debilita y pierde el vigor. Todas las especies de
plantas y animales tienen parásitos que se alimentan de ellas. Los parásitos
tienen importancia a nivel socioeconómico pues son las fuentes de enfermedades
del ser humano y de nuestros recursos alimenticios (como el ganado, pescados,
mariscos, cultivos, etc.).
4. Parasitoides.
Los organismos que pertenecen al grupo de parasitoides son de vida libre en la
fase adulta. Sin embargo, viven a expensas de otro organismo en estado
larvario, el cual muere resultado de la infección. La mayoría son himenópteros
(avispas) y dípteros (moscas). Los adultos buscan activamente al futuro
hospedero de sus crías para ovopositar en él.
Mutualismo
El mutualismo tiene lugar entre organismos de diferentes
especies, los cuales se benefician mutuamente al interactuar. Muchos
mutualismos son facultativos, es decir, que los organismos participantes pueden
vivir en ausencia uno del otro. Sin embargo, otros mutualismos son obligados,
lo que significa que los dos organismos necesitan la presencia del otro para
subsistir. Tal es el caso de los protozoarios (del género Trichomonas) que
viven en el aparato digestivo de las termitas y se encargan de descomponer la
madera que éstas consumen.
Por su parte, los protozoarios tampoco pueden vivir sin las
termitas, pues éstas constituyen su hábitat, además de que se encargan de
proveerles constantemente de alimento.
La relación que se da entre las plantas con flores y sus
organismos polinizadores es un ejemplo de mutualismo. La planta ofrece néctar y
polen al polinizador, quien los colecta y consume como alimento. El polinizador
transporta el polen de la planta a otras flores, gracias a lo cual éstas
producen semillas. Entre los animales polinizadores están los abejorros, las
abejas y las avispas, las mariposas, los colibríes y algunos murciélagos.
Comensalismo y amensalismo
En el comensalismo y el amensalismo uno de los dos
participantes no se ve perjudicado ni beneficiado por la interacción. En el
amensalismo el otro miembro se ve afectado negativamente, lo que hace una
interacción de tipo (0,-), en tanto que en el comensalismo resulta beneficiado
en alguna medida, lo que hace una interacción de tipo (0,+).
Un ejemplo de comensalismo es la relación entre las epífitas
y sus hospederos. La epífitas son plantas que viven sobre otras plantas, como
muchas orquídeas, ya que las plantas hospederas generalmente no se ven
afectadas por las epífitas, mientras que éstas últimas se ven beneficiadas al
obtener un sustrato dónde establecerse. Como ejemplo de amensalismo podemos
mencionar un fenómeno que se llama alelopatía, que consiste en la producción de
sustancias repelentes que impiden el establecimiento de plántulas bajo la
sombra de algunas especies de plantas. Ciertos eucaliptos, por ejemplo, tienen
efectos alelopáticos.