La ciencia suele definirse como un conocimiento que
garantiza su validez, la cual se distingue de las opiniones o creencias.
Existen distintas posturas en torno al tipo de garantía que la ciencia le da a
la validez de su conocimiento: evidencias, argumentos, consenso General o
consistencia lógica a diferencia del método científico que valida sus
conclusiones aparte de su método.
Primera reflexiones sobre el conocimiento científico
Primera concepción de la ciencia:
Surgieron en la Antigua Grecia con el estudio de la esencia
de las cosas. Para saber por qué los objetos pesados caer al suelo cuando se
sueltan, no se buscaba la respuesta en sus características sensibles, como
color, sabor, color o textura, pues no todas las personas perciben lo mismo, se
concebían racionalmente las causas esenciales o principios que provocan el
fenómeno. Aristóteles explicaba la caída de las piedras basándose en el
principio de que todos los objetos compuestos de tierra tienen un movimiento
natural hacia el centro de la tierra.
Esta noción clásica de ciencia pretendía garantizar la
validez de su conocimiento por medio de la demostración de sus afirmaciones
como parte de un sistema coherente pues todas ellas se derivan de principios
concebidos como verdaderos.
Los ejemplos más claros de este ideal de ciencia los
encontramos en la aritmética y en la geometría recordemos uno de los axiomas o
principios básicos de la aritmética:
“para cualesquiera números que
llamaremos ´m´ y ´n´: m+n=n+mn”
A partir de este principio se sabe que el orden en que se
coloquen los elementos que se van a sumar no alterar el resultado, y esto
justifica la validez de que 3+2 = 2+3.
Sistema de verdades
Esta forma de concebir la ciencia como un sistema de verdades
ha perdurado durante muchos siglos. Pero hoy en día las ciencias naturales ya
nos siguen ese ideal, porque amoldar todo lo que se observa en el mundo a los
principios que dictamina la autoridad como verdaderos, obstaculiza el
desarrollo de la ciencia, por lo que recurre al experimento, la evidencia y la
comprobación para resultados confiables. Durante la Edad Media, por ejemplo,
todo lo que se investigaba tenía que estar en armonía con los principios de la
iglesia y las sagradas escrituras, de ahí que muchos pensadores fueran
censurados por intentar explicar las cosas de un modo distinto.
Lo que sí se ha mantenido del ideal clásico de ciencias es
la exigencia de que los objetivos y principios de cada disciplina proyecto de
investigación tenga coherencia y no se contradigan.
Observación y experimentación: segunda concepción de ciencia.
En el siglo XVII, las investigaciones de Newton invitaron a
pensar en otra forma de garantizar la validez del conocimiento científico, pues
ya no resultaba provechoso para el desarrollo de la ciencia el ordenador todo
bajo los principios que dicta la autoridad, en aquella época la Biblia. Por
ello se propuso que el estudio de la naturaleza debía tener como pilares la observación y la
experimentación, siento indispensable que los científicos investigarán
detalladamente todo lo que observaban sin anteponer sus prejuicios. Para esta
concepción de la ciencia, las leyes notorias pueden formularse una vez que se
ha observado un gran número de hechos del mismo tipo.
Éste es un procedimiento contrario al del ideal clásico un
de la ciencia, pues no busca que la naturaleza sea moldear sus principios
predeterminados, sino que las leyes y principios sólo pueden surgir de las
repeticiones que se observan en la naturaleza.
¿Es posible en predecir el comportamiento de los fenómenos?
La formulación de leyes y teorías no sólo tienen la
finalidad de describir lo que pasa sino que además buscan predecir el
comportamiento de los fenómenos.
Una de las críticas más importantes que se le ha hecho a
esta noción de ciencia es que la observación del ser humano no puede ser del
todo objetiva, ya que una persona, al hacer un investigación científica, no
puede dejar de lado sus expectativas, el conocimiento previo que poseen (su
contexto histórico y social, sus creencias, sentimientos, intereses y muchos
otros influencias), lo cual impide su imparcialidad.
Capacidad de auto corregir ese: tercera concepción de ciencia.
Una tercera concepción de la ciencia es aquella que afirma
que lo que garantizar la validez del conocimiento científico es su capacidad de
auto corregirse. Esto quiere decir que la ciencia reconoce que sus afirmaciones
carecen de certeza absoluta, lo cual le da la flexibilidad necesaria para
soportar las correcciones que los investigadores proponen para mejorarla. Las
propuestas teóricas más conocidas de esta concepción de ciencia son el falsacionismo
de Karl Popper y dos paradigmas científicos de Thomas Kuhn.
El falsacionismo
Para el falsacionismo, la investigación científica comienza
con el planteamiento de una posible solución a un problema que no han podido
resolver las teorías existentes. Esta propuesta de solución o hipótesis, la
elabora el científico echando mano de su imaginación, creatividad, expectativas
y creencias, entre otros elementos subjetivos de esta forma, la investigación
inicia con un y esbozó o propuesta expresada claramente para que pueda ser
sometida a pruebas el siguiente paso consiste en intentar demostrar, por medio
de la observación y la experimentación, que esa hipótesis u ocurrencia es falsa.
Si a pesar de todas las pruebas no se encuentran evidencias
que la contradigan, sólo se podrán afirmar que ese hipótesis es la mejor hasta
el momento, pero que no es verdadera. Al afirmar que una hipótesis es verdadera
conduce a cerrar la posibilidad de que sea puesta en duda, se estanca el
desarrollo de la ciencia.
Las evidencias de la falsedad de una hipótesis determinan el progreso de la
ciencia.
El progreso en la ciencia surge cuando se logra dar
evidencias de la falsedad de una hipótesis bien fundamentada. De esta forma los
investigadores tienen por lo menos la certeza de que esa hipótesis no es
verdadera y, con estos, ya saben que no deben volver a buscar la solución al
problema por esa vía.
Los paradigmas científicos
Otra propuesta importantes sobre la ciencia es la de Thomas
Kuhn (1922-1996) historiadores y filósofo de la ciencia nacido en Estados
Unidos de América. Para este pensador al progreso científico se divide en
cuatro etapas:
Presidencia
En ella cada científico ve la realidad de sus propios
parámetros, por ello es casi imposible que se pongan de acuerdo en la forma de
entender los problemas básicos de la ciencia.
Ciencia normal
Después de varias discusiones, los científicos comienzan a
creer en un mismo paradigma; es decir, comienzan a tener los mismos criterios
para ver y evaluar las cosas que los rodean. Este período suele ser muy largo y
donar muchos siglos. Pero como todo lo que inicia tiene su final, hay un
momento en el que en la forma tradicional de explicar las cosas ya no deja
satisfechas a las personas.
Crisis del paradigma
Aquí los científicos dejan de estar seguros de que su labor
tiene sentido. Comienzan a dudar de las bases teóricas de sus disciplinas y
algunas abandonan el trabajo científico. Otros intentan dar fundamentos
teóricos nuevos, persuadiendo a sus colegas de los beneficios.
Revolución científica
Después de la crisis, el viejo paradigma es sustituido por
otro completamente distinto. Esto quiere decir que, a partir de la revolución,
se comienza interpretar el mundo de una forma completamente distinta a la de
antes.
Cambio de paradigma
Durante siglos he pensado que en la tierra en el centro del
universo y que su alrededor y llegaban las estrellas, en solar y el resto de
los planetas. En varias ocasiones, los astrónomos de diversas épocas se toparon
con dificultades para explicar los fenómenos naturales partiendo de esta
concepción del universo. Estas dificultades se fueron acumulando hasta que
algunos científicos comenzaron a plantear otras teorías sobre el orden del
universo.
Entre los científicos con la idea del nuevo universo se
encontraba Nicolás Copérnico quien propuso que la tierra no estaba inmóvil,
sino que se movía alrededor del sol, al igual que el resto de los planetas.
Cuando planteó esta teoría fue criticado por la comunidad
científica y religiosa de su época; sin embargo, algunas personas creyeron lo
que dijo y siguieron desarrollando su propuesta. Con Galileo y Newton, la idea
de que la tierra gira alrededor del sol fue tomando más fuerza hasta que se
convirtió en el paradigma reinante. Actualmente la tecnología ha permitido
explorar el universo y encontrar distintas galaxias, aun así queda mucho por
descubrir acerca de este tema.
Fomento conjeturas audaces.
Entender la ciencia como conocimiento que constantemente
someter a prueba y corrección sus teorías es dejar de lado del ideal de que el
ser humano puede alcanzar las verdades eternas y absolutas contemplando
objetivamente a la naturaleza. Actualmente se reconoce la importancia del
ingenio, las creencias, las expectativas, el contexto histórico, social y
económico del investigador a la hora de plantear hipótesis, porque el método
científico se rinde ante las evidencias y su método. Sostener dogmáticamente
que una teoría es verdadera, representa una actitud contraproducente para el
progreso científico. Es más enriquecedor fomentar la producción de conjeturas
audaces, pues de los errores se aprende mucho.
La ciencia actual asume el papel de la Iglesia en la Edad Media
Paul Feyerabend fue un filósofo de la ciencia que sostenía
que actualmente la ciencia ha tomado el papel que hacía la Iglesia en Edad
Media en los anuncios publicitarios no es raro encontrar a alguien vestido con
bata blanca y que asegure que tal producto está avalado científicamente. Esta
tendencia de justificar todo por medio de la ciencia también ha impregnado a la
fe.
La
ciencia hoy en día ha sido sobrevalorada, y propicia que la gente no comprenda
que el conocimiento científico no es un almacén de verdades, sino una práctica
humana en constante autoevaluación para corregir sus errores. Entender a
cabalidad lo que significa el conocimiento científico, permite tener una mente
abierta para pensar posibles soluciones a los problemas de la vida cotidiana,
así como para cuestionar la validez de nuestras posturas ira de los demás.
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