Es tradicional que los historiadores estructuran en la
secuencia de lo que acontece en el mundo occidental en términos de etapas históricas. Se le llama etapa
histórica a un periodo de tiempo determinado contrapuesto con un momento
anterior y otro posterior. A veces se le llama época a una etapa histórica. La actividad específica en las Humanidades
y las Ciencias Sociales dedicada a determinar las etapas históricas se denomina
periodización.
La pretensión de la periodización es agrupar acontecimientos
históricos que posean rasgos comunes entre sí. Estos pueden ser rasgos
económicos, culturales, políticos, morales, etc. En este sentido, se periodizan
las expresiones artísticas desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo
XX con el nombre de vanguardias.
Las vanguardias artísticas (expresionismo, dadaísmo,
cubismo, entre otros) tendrían, según esta forma de analizar el arte, cierto
rasgo común: la lucha contra la tradición, además del ímpetu por experimentar con
las formas.
Los períodos se encuentran separados por circunstancias
distintivas, cambios sociales o por acontecimientos importantes. Es decir, casi
siempre en las periodizaciones, un hecho histórico marca un antes y un después
en de la sucesión de los acontecimientos, lo que señala el comienzo o final de
una etapa histórica.
La mayoría en las veces los historiadores tienen problemas
para determinar, sin que haya lugar a duda y con evidencia plena, el momento en
que empieza por terminada una época histórica. Un caso de esto último es la
separación entre lo que podemos llamar el Renacimiento y la Modernidad. La
discusión se ha centrado en un rasgo en particular: la idea de individuo.
Parece raro, pero los historiadores dicen que sólo hasta fechas recientes hace
como cuatro o cinco siglos, comenzó a existir lo que entendemos por el
individuo: un sujeto de responsabilidad, con autoconciencia y que se encuentra
desligado de las relaciones sociales por la libertad personal para algunos
historiadores este tipo de humano parecido en el Renacimiento Europeo, para
otros aparece después de la modernidad. Lo que parece claro es que dependiendo
de los rasgos o características que los usemos para determinar una época
histórica se encontrará más o menos diferenciada de otra época.
La periodización de la historia según Giambattista Vico
El filósofo italiano del siglo XVI Giambattista Vico los
alegado una interesante periodización de la historia de las sociedades de
acuerdo con el uso del lenguaje. Según Vico, toda sociedad pasa por:
1)
Una fase divina
o teocrática: época oscura de los dioses y los mitos, en la que se emplean
un lenguaje jeroglífico y la justicia se aplica de manera implacable.
2)
Una fase
heroica o fabulosa: edad de héroes y bárbaros donde florece un idioma poético
enriquecido por las metáforas. aquí comenzaría a existir la equidad política.
3)
Una fase
humana o histórica: época de un uso literario, donde la vida social se
organizan de acuerdo a la igualdad civil.
4)
Una fase
de decadencia: corrupción de las sociedades.
Muchos
autores han señalado que las épocas históricas no pueden determinarse
totalmente y que tampoco necesariamente son continuas. En este sentido la época
moderna (o Edad Moderna) no seguiría de manera puntual a la época medieval (Edad
Media) ni está cada época antigua (Edad Antigua) lo que quiere decir el que en
un momento temporal pueden estar interactuando varias características o hechos
que pertenezcan a épocas o edades históricas
distintas. Como si en el presente es podíamos observar conductas medievales,
formas de gobierno por hispánicas, economía moderna, moral del siglo XVIII, etc...
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